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Más allá de Hannah: desde la voz de Alex Standall
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Más allá de Hannah: desde la voz de Alex Standall

Más allá de Hannah: desde la voz de Alex Standall


Entre la difusión a través de las redes sociales y las recomendaciones de jóvenes y adultos, la serie Trece Razones Por Qué que Netflix presenta ha adquirido popularidad, posiblemente por moda, o por las fuertes críticas que se han hecho sobre cómo se maneja el tema del suicidio en la trama, siendo este un tema importante para que lo hablemos.

Lo alarmante pudiera ser el hecho de que la historia de Hannah Baker se ha colocado entre las más vistas, sobre todo por el público adolescente, población vulnerable que podría identificarse más fácilmente con los personajes que ahí se presentan, cada uno con un perfil específico y con una posible psicopatología en algunos casos.

La serie Trece Razones Por Qué desarrolla la historia de Hannah, una adolescente que explica los motivos por los cuales se suicidó, involucrando a varios compañeros de escuela, sembrando la culpa y la paranoia en cada uno de ellos, por darle a Hannah un motivo para que acabara con su vida, en cierta forma, responsabilizándolos por su muerte.

Así, la historia de Hannah sobre por qué se suicidó, deja una descripción de cada uno de los personajes influida por un “después de la muerte de Hannah”, conociendo sólo la versión que ella narra, ignorando el “antes de su muerte” y en cómo lo vivía cada uno de ellos desde una perspectiva diferente.

Pareciera que con el mensaje que Hannah deja quiere generar un caos, siendo un reflejo de cómo pudiera encontrarse ella por dentro antes de su muerte, transmitiendo lo que vivió los últimos días y dejando ahí la necesidad de entender el porqué de su decisión, llevando con ello a una serie de confusiones que afectarán en diversos niveles las vidas de todos los que tuvieron –y no– que ver en su muerte, desde el sentir de Hannah.

La angustia depositada en ellos se puede observar conforme van escuchando las cintas, sobre todo cuando llegan a la cinta que va dedicada al oyente en curso. Dentro de esta dinámica de escucha, se perciben los reclamos que Hannah hace en cada evento que para ella resultó relevante, sobretodo, en los que se sintió abandonada, maltratada e invisible.

Es mediante las cintas que Hannah puede comunicar su sentir y en cierta forma, las expectativas que tenía con cada una de las personas a las que quizá hubiera podido llegar a considerar como amigas, personas a las que hubiera deseado conocer más.

Es inevitable hacernos la pregunta cómo hubiera sido si tan sólo Hannah hubiera expresado todo lo que plasmó en sus cintas, pero en vida y no sólo imponiendo la nueva regla de escucharla después de su muerte, reflejando el gran enojo que invadía a Hannah. Quizá en este punto es donde pudiera caber la reflexión de los jóvenes espectadores –y los no tan jóvenes– acerca de la comunicación y lo válido de pedir ayuda cuando así lo consideremos necesario, sin asumir que el otro adivinará nuestra situación anímica (cómo nos sentimos) junto con nuestras demandas internas, como le sucedió a Hannah.

Algo a considerar es que podamos hablar más allá de lo popular que es la serie o del suicidio como tema principal, pues se podría hablar también de los personajes que convivieron con Hannah Baker, que han sido cargados de la culpabilidad real, atribuida o asumida, como en el caso de Clay Jensen.

Puede ser más ruidoso comentar algo sobre el personaje principal, en este caso Hannah, cumpliendo el objetivo de entender por qué se suicidó, pero qué tal si dejamos en pausa lo tan sonado y nos enfocamos en los personajes secundarios que también tienen mucho qué transmitir y de qué hablar.

Comencemos con Alex Standall, quien es la base de mucho con lo que Hannah tuvo que lidiar, pasando de ser su mejor amigo al chico que propició la “cacería de Hannah”, sin considerar el hecho de que Alex es un joven con problemas propios de su edad entre los cuales persisten las exigencias principalmente del padre, pero que en la serie tales exigencias nos alertan seriamente como un foco de atención, como la de pertenecer a un grupo de amigos hombres que en lo particular, eran respetados por su popularidad, fuerza física y sobretodo regidos por la violencia, imponiéndose ante los demás y siendo faltos de límites.

Alex, quien busca peleas que en trasfondo son seguidas por el deseo del padre, es apremiado por la violencia e impulsividad con la que actúa y aunque pudiera esperar a ser castigado por ello, le sucede lo contrario, pues la aceptación por parte de su padre es mayor, aunque esto pueda contrariar lo que Alex desea ser.

En este punto, Hannah no comprende el alejamiento de Alex ni sus actos regidos por su grupo, como sucedió con la lista en la que se deja al descubierto los atributos de las mujeres y en consecuencia el hostigamiento y la evaluación de quienes comprobaban lo certera que era la lista.

Qué pensaba Alex Standall, al romper con la amistad de Jessica Davis y de Hannah Baker por el malentendido que provocó la lista y que llevó al rompimiento de la relación entre Jessica y él. Qué pensaba Alex cuando puso la mirada de la escuela en el trasero de Hannah, abriendo la puerta al depredador sexual. Algo realmente decepcionante para Hannah, quien consideraba a Alex como un amigo. Quizá si las cintas fueran realizadas por él y fueran dirigidas a Hannah, el contexto daría un giro radical, de ahí la importancia de ver a los diferentes personajes que están inmersos en contextos específicos y con personalidades diversas.

El aislamiento de Alex, aun formando parte de los chicos populares, sabiendo de la existencia de las grabaciones y no haciendo algo al respecto, parece sugerir posibles rasgos obsesivos usados como mecanismos de defensa que lo llevan a ocuparse en cosas de menor relevancia, como sucede en las peleas que él mismo propicia, dejando a un lado otros aspectos como el de encontrar la manera de actuar tal como realmente lo desearía, cortando los hilos que maniobra su padre sobre él y forjando su identidad lejos del paradójico binomio violencia y disciplina que el policía en casa espera y aprueba.

Permanecer pasivo ante lo que le incomoda y sólo actuar por lo que se espera de él, para tener la aceptación de su padre, podría propiciar una mecanización sin satisfacción alguna, lo cual posiblemente sea la causa de su final aún incierto (se dispara en la cabeza).

Alex Standall pasaba un momento en el cual la búsqueda de identidad se torna complicada puesto que sus referentes, tanto su padre como sus amigos, parecieran no ser los modelos que desea seguir, costando aún más la construcción de dicha identidad y tornándose nublada la imagen que tiene de sí aceptándola y rechazándola al mismo tiempo, como parte de la ambivalencia presente en la adolescencia.

Es de esperarse que en la etapa adolescente las indecisiones se hagan presentes, sin embargo, para Alex existen más que dudas, una ideación suicida latente que lo llevará a la realización de ésta sin la certeza de haberlo logrado, como nos muestra y deja en duda el final de la serie.

Tener un entendimiento de las etapas de desarrollo puede abrir la pauta a la tolerancia y la comprensión de quien pase alguna de las crisis del desarrollo y puede permitirnos detectar aspectos graves que pongan en riesgo la vida de la persona que pide ayuda, abiertamente o en silencio.

Los personajes alrededor de Hannah Baker exponen diversos mundos internos que nos muestran diferentes perspectivas que nos lleva a entender lo complejo que es el ser humano y en este caso, la etapa de la adolescencia, por lo que hay que considerar lo relevante de entender la existencia de las crisis que podrían esperarse en esta etapa y sobretodo el poder brindar la ayuda considerando lo complicado que puede ser para un adolescente hablar de lo que le sucede y de comunicar lo que realmente demanda (desea) a los que lo rodean.

Autora:
Psic. Verónica Guevara